La ansiedad en la adolescencia


Aunque la ansiedad es un trastorno que puede afectar a personas que se encuentren en cualquier grupo de edad, no afecta de la misma forma a un niño que a un adolescente o a una persona adulta. Además, las causas de los trastornos de ansiedad no son exactamente iguales en todos estos grupos. Por ello, hoy vamos a ver cómo afecta la ansiedad a los adolescentes.

¿Qué consideramos como persona adolescente? De una forma teórica, la adolescencia es el periodo que va desde los trece a los diecinueve años, pero desde un punto de vista más práctico, y teniendo en cuenta la forma en que se desarrolla la sociedad de hoy en día, vamos a alargarlo hasta los veintiuno.


Durante estos ocho años de juventud, el cuerpo humano acumula muchas tensiones. Desde un punto de vista biológico, los adolescentes cuentan con una gran cantidad de energía además de que en su interior se producen muchos cambios, sobre todo a nivel hormonal. Desde un punto de vista social y psicológico, existe un gran número de grupos sociales que trata de imponer nuevos valores en ellos, como los padres, los profesores y los amigos, generando muchas veces conflictos entre ellos.

Debido a estas influencias tanto de la sociedad como de la naturaleza, la ansiedad se puede manifestar en función de la personalidad del adolescente y de la fuerza que ellas ejercen sobre él.

Los síntomas más comunes de ansiedad que podemos observar en una persona adolescente son:
  •     Exceso de perfeccionismo.
  •     Constante necesidad de aprobación por parte de un adulto.
  •     Insomnio.
  •     Hiperventilación.
  •     Bloqueo mental en algunas situaciones.
  •     Mareos.
  •     Sensación de nerviosismo.
  •     Sudoración excesiva.
  •     Dolor en el pecho.

La primera forma en que se puede percibir que un adolescente sufre algún tipo de trastorno de ansiedad es fijándonos en su rendimiento académico y notando que ha disminuido de forma considerable, ya que un adolescente con ansiedad será incapaz de demostrar su total potencial en los estudios, contradiciendo los valores que se le intentan promover de aspirar a lo máximo que pueda dentro de la escala social.

Por otra parte, todo lo que consiga, y no consiga, durante estos años va a influir de forma directa en su comportamiento durante la siguiente etapa de su vida, la madurez. Si no se corrige el trastorno de ansiedad de una persona adolescente, ésta va a seguir manifestando esa ansiedad durante las etapas posteriores, siendo en éstas más difícil de tratar y eliminar.

A la hora de prevenir los trastornos de ansiedad en los adolescentes, es recomendable que prestamos atención a la educación que esta persona está recibiendo, ya sea desde la posición de padre como desde la de profesor. Es evidente que todos queremos y deseamos lo mejor para nuestros hijos, como que desarrollen unos valores éticos, que sean los primeros de su clase, que estudien una carrera con futuro o que consigan un buen trabajo para poder desarrollar otros aspectos de su vida sin preocuparse por el dinero, pero tenemos que saber como educarles para ello ya que no es tan fácil como podemos pensar en un primer momento al influir en ellos tantos aspectos que no podemos controlar de la forma en que nos gustaría.

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